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La triste historia del boxeador nicaragüense David Acevedo

El boxeador nicaragüense David Alexander “El Terry” Acevedo, de 23 años, quería ganar dinero para garantizar una linda Navidad a su familia. Tanto fue su afán que se subió a un ring tres veces en apenas 49 días para ganar 145 dólares, pero los golpes recibidos en el último combate lo llevaron a ser sepultado en el Cementerio Oriental, en Managua.

Uppercut

"Mi sobrino Alexander es ejemplo de coraje y firmeza. Amaba el boxeo, tanto que hasta su vida expuso", expresó su tía, María Eugenia Acevedo, quien brindó unas palabras en su sepelio. Acevedo falleció luego de estar 7 días hospitalizado por un hematoma cerebral.

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El joven pugilista pasó una semana en cuidados intensivos después de quedar inconsciente en el ring, tras ser noqueado por Nelson Altamirano en el último minuto del octavo asalto de la pelea que ambos disputaron hace poco más de una semana. Acevedo, que tenía un récord de nueve victorias, cinco de ellas por k.o., fue trasladado al hospital donde fue operado de urgencia porque sufría lesiones graves en el cerebro producto de los golpes recibidos.

Según la prensa deportiva de Nicaragua, Acevedo se había desvanecido en un entrenamiento antes de la pelea contra Altamirano y antes del pesaje tuvo que bajar 10 libras en apenas dos días para marcar el peso pactado de la pelea, en 147 libras. El boxeador fallecido disputó tres peleas en 49 días, desde el 26 de septiembre al 14 de noviembre, dos de las cuales perdió.

El exboxeador nicaragüense Rosendo Álvarez, bicampeón mundial, promotor de la velada boxística, dijo que son ellos, en alusión a los boxeadores, "quienes piden pelear seguido y que les pacten las peleas a más asaltos para ganar más dinero".



Por su parte, Guillermo "Polvorita" Martínez, entrenador de boxeadores a nivel nacional, afirmó que "Los entrenadores no podemos permitir que los boxeadores peleen seguido, porque es su vida la que está en juego".

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La ilusión de Acevedo era llegar lejos, ser un profesional del deporte y ganar dinero para garantizar un mejor futuro para él y su familia. A los 10 años decidió incursionar en el mundo de los puños. Tomó la decisión junto a su hermano Yamil, quien es también boxeador. A los 12 años se ilusionó por la lucha, aunque finalmente siguió como boxeador.

Acevedo estudió contaduría, pero no terminó la universidad y también se dedicó a dar clases de educación física en Managua. En el boxeo aficionado, logró representar a la Selección Nacional de Nicaragua en Campeonatos Centroamericanos.

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El boxeador fallecido era uno de los tres hijos de la familia Acevedo Rivas, un joven cristiano evangélico  que asistía siempre a su iglesia junto a su papá y su novia. Hoy su alma descansa en paz por la simple ilusión de ganar dinero para buscar la felicidad y la fama, sin contar con el triste papel de promotores inescrupulosos que por darse ellos la gran tajada financiera ponen en juego la vida de jóvenes que sueñan con un triunfo deportivo.

Ilustración: Istock Photos

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