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Histórica visita de Obama a Cuba consolida una nueva era de relaciones

El día que otro presidente de Estados Unidos pisó suelo cubano después de Calvin Coolidge tardó 88 años. Ocurrió el domingo pasado, cuando Barack Obama llegó a La Habana junto a su familia y una amplia comitiva. Para muchos es el signo de una nueva era. Algo inimaginable hace apenas unos años: un mandatario estadounidense de visita en Cuba, por primera vez en casi un siglo.

El ambiente festivo y relajado que marcó la llegada de Obama y que incluyó un paseo familiar por La Habana Vieja —en medio de una pertinaz lluvia— y una cena con comida típica en el restaurante San Cristóbal se tornó tenso el lunes y evidenció las discrepancias entre ambos países por dos temas de todos conocidos: el embargo y los derechos humanos.

Fotos: Fidel Castro, seis décadas de protagonismo

A pesar del compromiso de Obama y Raúl Castro por avanzar en la normalización de las relaciones, los mandatarios reconocieron los profundos desacuerdos en esos temas, aunque hallaron terreno común en cuando al embargo económico a Cuba, que ambos quieren que se acabe. Obama dijo que "ese embargo va a terminar", aunque no dijo cuándo.

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Byron Motley



A su turno, Castro lanzó duras críticas contra el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos que, dijo, tenía repercusiones internacionales y señaló que era el obstáculo principal que ha impedido el desarrollo económico de la isla y la normalización total de las relaciones.

El encuentro en el Palacio de la Revolución mantuvo la atención de un pueblo asombrado por cómo era cuestionado públicamente su líder en una participación inusual en una conferencia de prensa. Castro se ofuscó cuando el periodista Jim Acosta de CNN le preguntó si había presos políticos.

"¿Preguntó si hay presos políticos? Dame la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos. Dime los nombres o cuando concluya la reunión me das una lista con los [nombres de los] presos. Si hay esos presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos", respondió Castro, de manera defensiva, a la pregunta de Acosta, hijo de padres cubanos.

"Todavía tenemos diferencias muy serias, inclusive la democracia y los derechos humanos", dijo Obama, y agregó que la falta de respeto a los derechos humanos es uno de los frenos para la normalización plena de las relaciones entre ambos países y reiteró que el futuro de Cuba corresponde decidirlo a los cubanos, sin injerencias extranjeras pero democráticamente. "Defenderemos los derechos humanos universales, como el derecho a la libertad de expresión, de reunión y de religión".

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"Queremos un diálogo constructivo porque creemos que cuando compartimos nuestras creencias e ideas, con una actitud de mutuo respeto, los dos podemos aprender y mejorar la vida de nuestra gente. Que estemos normalizando nuestras relaciones significa que tenemos que hablar de estas cosas", añadió.

Las diferencias no desaparecerán pero, como dejaron claro Obama y Castro, tampoco serán un obstáculo infranqueable para que continúe el proceso de deshielo iniciado en 2014. Ambos líderes coincidieron en que buscarán concentrarse en temas que los acerquen, como turismo, educación y salud, entre otros.

Sobre los nuevos vínculos detalló: "Vamos a seguir hacia adelante en muchos frentes para normalizar la relación. Para que los cubanos tengan facilidades para viajar a Cuba y viceversa. La semana pasada vimos cómo vinieron civiles a Cuba para ayudar en la educación. También habrá anuncios relacionados con el deporte. Estadounidenses van a estar visitando Cuba y agradezco a la gente cubana. Vamos a tener más comercio. Sólo nos separan 90 millas".

El martes Obama dio un discurso en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, transmitido por la televisión y la radio nacionales, en la que abordó “la complicada historia” de las relaciones entre EE.UU. y Cuba.

El presidente estadounidense además sostendrá un encuentro con representantes de la sociedad civil, entre los que habrá disidentes políticos, y asistirá al partido de béisbol entre el equipo nacional de Cuba y los Tampa Bay Rays.

Foto: Byron Motley/istockphoto

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