In English | Los cuidadores familiares son la columna vertebral del cuidado a largo plazo en Estados Unidos y brindan el equivalente a $470 millones anuales en cuidados no remunerados a sus seres queridos. Ellos administran sus medicamentos, los ayudan a bañar y vestir, preparan sus comidas y los alimentan, organizan el transporte a las citas médicas, manejan los asuntos financieros y legales, y mucho más. Ellos son los que ayudan a que sea posible que los padres mayores, cónyuges y otros seres queridos vivan de manera independiente. Sin ellos, un sistema que ya está estresado podría desmoronarse.
En el 2022, contribuimos a facilitar la búsqueda y prestación de cuidados al aumentar las opciones en hogares y comunidades. Luchamos por reformas para ayudar a los cuidadores familiares a equilibrar las tareas de cuidado en el hogar con las exigencias del lugar de trabajo y logramos avances en iniciativas para educar y capacitar a los cuidadores familiares.
En total, 44 estados de todo el país (en inglés) —de todas las preferencias partidistas— aprobaron 176 medidas promovidas por las oficinas estatales de AARP para facilitar la vida de los cuidadores familiares y de sus seres queridos.
La larga lista de nuestros logros para apoyar a los cuidadores familiares incluyó medidas para:
- Proteger o ampliar los servicios en el hogar y en la comunidad, que son de gran valor para los cuidadores familiares y sus seres queridos. Arizona, Florida, Misisipi, Tennessee y Vermont se encuentran entre los 44 estados que lograron avances significativos.
- Fortalecer o lanzar programas de licencia remunerada, que permiten que los cuidadores familiares que trabajan tomen tiempo libre sin sacrificar su seguridad laboral. California, Connecticut, Maryland y Delaware aprobaron leyes que afirman esta opción fundamental.
- Permitir que los cuidadores familiares que están bajo gran presión reciban algún alivio. Alabama y Montana aprobaron presupuestos estatales para servicios de relevo que brindan apoyo para que los cuidadores familiares puedan tomar el descanso que tanto necesitan.
- Facilitar a los cuidadores familiares la información esencial que necesitan para llevar a cabo sus responsabilidades de atención médica. Los legisladores de Georgia acordaron brindar capacitación a los cuidadores familiares durante el período crítico cuando sus seres queridos son dados de alta y regresan al hogar.
Aunque gran parte de nuestro activismo y defensa de derechos se centró específicamente en apoyar a los cuidadores familiares, nunca perdimos de vista la necesidad de proteger a los adultos mayores vulnerables que requieren ayuda con actividades importantes de la vida diaria, como bañarse, vestirse, ir al baño y transportarse, así como la necesidad de obtener servicios de cuidados a largo plazo, ya sea en sus hogares y comunidades o en un hogar de ancianos.
Luchamos para mejorar la calidad del cuidado en los hogares de ancianos al reforzar la fuerza laboral de atención directa que durante décadas ha permanecido subpagada y sin beneficios adecuados. Abogamos por un salario más alto para estos trabajadores directos de primera línea — los cuidadores directos que han permanecido durante décadas sin beneficios adecuados—, y ayudamos a persuadir a varios estados para que destinaran los fondos de ayuda asignados a COVID-19 para aumentar los salarios de los trabajadores de atención directa, entre ellos en Nueva York y Rhode Island.
Buscamos mejorar la seguridad y la calidad de los hogares de ancianos donde la pandemia destacó las graves deficiencias de larga data. Nueva Jersey y Oklahoma, por ejemplo, aprobaron una ley para aumentar la supervisión en los centros de cuidados a largo plazo y asegurar que no se recompense con incentivos a los trabajadores con desempeño insatisfactorio.
Y nos mantuvimos en guardia contra el abandono de las protecciones para los residentes de los hogares de ancianos introducidas durante la pandemia, como una mayor transparencia sobre las condiciones en el interior de las instituciones. En Utah, por ejemplo, AARP ayudó a descarrilar una propuesta que habría puesto fin a la obligación de disponer de datos sobre los brotes de COVID-19 en los centros de salud.
Mientras tanto, trabajamos para mejorar las leyes estatales que regulan la tutela de adultos mayores que pueden tener un gran impacto en la vida de los adultos mayores vulnerables, como aquellos que deben depender de otras personas para ayudar a tomar decisiones personales, médicas y financieras. Asegurar que estas personas sean tratadas con dignidad y respeto, y que continúen teniendo una voz en su propio cuidado es una prioridad para nosotros. Y me complace informar que Maryland, Nuevo México y Utah se encuentran entre los estados que adoptaron medidas positivas para actualizar las leyes pertinentes en esta área.
De todas estas maneras, los legisladores estatales continuaron abordando las necesidades de atención médica que requieren acción y por las que AARP ha abogado desde hace mucho tiempo, con el tipo de liderazgo y apoyo bipartidista que no vemos lo suficiente.
Los adultos mayores se han ganado el derecho de vivir con dignidad y respeto en sus hogares y comunidades, donde ellos prefieren estar. Los cuidadores familiares son quienes ayudan a que esto sea posible.
Conoce más sobre cómo luchamos por los cuidadores familiares en tu estado (en inglés).
Nancy LeaMond es la directora de Activismo y Compromiso de AARP, considerada ampliamente como una de las organizaciones de defensa de derechos más poderosas. Encargada de liderar los asuntos gubernamentales y las campañas legislativas, LeaMond tiene la responsabilidad de impulsar la misión social de la organización en nombre de las personas mayores de 50 años y de sus familias. También es directora de educación pública, voluntariado, alcance multicultural y participación, y dirige iniciativas importantes de AARP que incluyen apoyar a los cuidadores familiares a través de la defensa de derechos, la educación y los programas innovadores, y de expandir la presencia local de AARP en las comunidades de todo el país.