In English | Según datos del Gobierno (en inglés), los precios de la energía aumentaron casi un 18% en el último año. Es probable que eso perjudique mucho el bolsillo de las personas en el país este invierno, a medida que las temperaturas bajan y los costos de la calefacción suben. Por lo tanto, las oficinas estatales de AARP están luchando contra los aumentos propuestos en los servicios públicos y por crear conciencia sobre los programas existentes de asistencia energética.
Nuestras oficinas en Illinois, Indiana, Pensilvania, Massachusetts, Nueva Jersey y Nueva York han actualizado sus sitios web con información sobre cómo inscribirse en el Programa de Asistencia para la Energía de Hogares de Bajos Ingresos, la iniciativa federal que ayuda a los hogares que reúnen los requisitos con los costos de calefacción y refrigeración, el pago de facturas, la climatización y las reparaciones del hogar relacionadas con la energía. En Massachusetts, logramos presionar a los legisladores estatales para que agregaran $57 millones adicionales al programa. Y en Connecticut, estamos exhortando a los legisladores para que amplíen la financiación y los criterios para reunir los requisitos para los programas de asistencia energética a medida que los costos de los servicios públicos siguen aumentando. (Enlaces en inglés.)
Hemos instado a los funcionarios de todo el país a rechazar aumentos innecesarios de las tarifas de los servicios públicos y a evitar las desconexiones. Nuestra oficina en Colorado el mes pasado presionó con éxito a la Comisión de Servicios Públicos del estado para reducir el alcance de una propuesta de aumento de precio de los servicios públicos. Y continuamos luchando contra los aumentos de tarifas propuestos en Oklahoma y California (en inglés).
El aumento en los precios de la energía afectó especialmente a los adultos mayores y a las personas que tienen ingresos fijos. Un estudio de AARP del 2018 (en inglés) encontró que aproximadamente 1.6 millones de los 3.3 millones de hogares que no podían pagar el combustible de calefacción, la electricidad o el gas natural estaban encabezados por alguien de 50 años o más y los adultos mayores de bajos ingresos tenían muchas más probabilidades de depender de los programas de asistencia energética que el resto de la población. El aumento de los precios afecta esos programas estatales y federales de asistencia, así como los bolsillos de los adultos mayores. Además, dado que los adultos mayores son más susceptibles a enfermedades como la hipotermia, el clima más frío y la incapacidad de costear las facturas de calefacción también conllevan un riesgo para la salud.
Descubre cómo cubrir el aumento de los costos de los servicios públicos este invierno y lee más sobre nuestros esfuerzos estatales de defensa de derechos.